lunes, 27 de diciembre de 2010

Ultimo adiós al “cura” Ricardo Ermesino en Santa Rosa, La Pampa

 

  El viernes 26 de noviembre, a las 6, falleció a los 54 años de edad el presbítero Ricardo Ermesino, tras padecer por un año un cáncer, que lo obligó a someterse a tres intervenciones quirúrgicas.
    Pese a su enfermedad, no dejó de trabajar en su ministerio en ningún momento -salvo en los períodos de internación-, aun cuando debió utilizar una silla de ruedas para movilizarse.
     Los restos del sacerdote fueron velados desde ese mismo día en la parroquia Sagrada Familia de la ciudad de Santa Rosa, de la que era párroco y hasta donde acudieron miles de fieles para darle el último adiós.
    La comunidad parroquial lo recuerda como “un cura”, tal como le gustaba definirse, comprometido con sus hermanos, los más necesitados. Otros destacaron sus iniciativas de promoción y contención social, que benefició a muchas personas.
     En este sentido, generó un programa de contención de jóvenes adictos, involucrándose personalmente en cada caso para ayudarlo a recuperarse del alcoholismo o la drogadicción, y una casa para mujeres víctimas de la violencia familiar.
    Asimismo, motivó a un grupo de voluntarias para fundar Gravida en el ámbito de su parroquia, para acompañar a madres en riesgo de abortar, y últimamente impulsó el inicio del movimiento pastoral Camino a Nazaret.     La misa exequial fue presidida por el obispo de Santa Rosa, monseñor Mario Aurelio Poli, quien recordó que Dios, cuando los sacerdotes lleguen a su presencia, "los va a oler para ver si tienen olor a ovejas" porque todo pastor fue elegido por el Señor para apacentar a su rebaño, para mezclarse con las ovejas y de a poco ir tomando su propio olor.
     El prelado destacó que el sacerdote fallecido fue “un buen pastor ‘porque tenía olor a ovejas’, porque vivió entre ellas, porque las acompañó, las escuchó, las motivó, buscó su bienestar a través de las numerosas iniciativas que concretó para paliar sus necesidades. Había cumplido acabadamente con esto”.
     Monseñor Poli reveló que en una de las internaciones, cuando lo fue a visitar, éste le confió que "ofrecía su enfermedad por las vocaciones". Afirmación que fue aplaudida por los fieles que participaron de la misa exequial.
    Tras la misa exequial, se le dio cristiana sepultura en el Cementerio Parque de la capital pampeana.


Datos biográficos
     Ricardo Ángel Ermesino nació el 21 de marzo de 1956. Era “casi” pampeano, ya que su pueblo natal, Maza, está justo sobre la frontera de la provincia de Buenos Aires con La Pampa. Sus estudios primarios los cursó en la Escuela Nº 4 de Santa Rosa y los secundarios en el Seminario Menor de Bahía Blanca.
     Para cumplir con su vocación sacerdotal ingresó en el Seminario Mayor San José, de la arquidiócesis de La Plata.
     Al concluir su formación eclesiástica fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 1981 por monseñor Adolfo Roque Esteban Arana, obispo de Santa Rosa.
     Pocos días después, el 6 de enero de 1982, el mismo obispo lo designó vicario cooperador de la Sagrada Familia, de Santa Rosa, parroquia a la que 15 años después, volvería como párroco y en la que murió.
     El 21 de febrero de 1983 monseñor Arana lo designó párroco de Nuestra Señora de Luján, de Catriló, y en septiembre de ese año le encargó la delegación diocesana para las vocaciones.
     El 27 de diciembre de 1986, el nuevo obispo de Santa Rosa, monseñor Atilano Vidal, lo designó párroco de Santa Elena, de la ciudad de Ingeniero Luiggi.
     Durante los escasos dos años que permaneció en esta parroquia, realizó varios campamentos de espiritualidad.
     Con un grupo de niños de Embajador Martini, una localidad distante 20 kilómetros de Ingeniero Luiggi, preparó y presentó en un puesto de la Feria de Ciencias y Tecnología para estudiantes de los niveles primario, secundario y terciario, un trabajo en el que informaba acerca de la ausencia de la Iglesia en este tipo de encuentros, pese a que en la mencionada Feria predominaba gente de reconocida militancia de izquierda, de sectas y de la Universidad Nacional de La Pampa, nada simpatizante con la Iglesia.
     También fue autor del proyecto presentado por el Obispado de Santa Rosa ante el Concejo Deliberante de Ingeniero Luiggi, a fin de que los niños del medio puedan completar el ciclo formativo y recibir los elementos laborales necesarios para enfrentar el futuro y prevenirlos de la delincuencia o ilícitos del medio.
     En 1993 participó en el Curso Intensivo de Espiritualidad y Animación Misionera organizado por el Centro Internacional Misionero y realizado en Roma entre el 14 de octubre al 14 de diciembre de 1993.
     Estando en Roma compartió con 25 sacerdotes de distintos países de habla hispana una convivencia sacerdotal.
     Ese mismo año viajó a Tierra Santa, donde vivió la Navidad en la tierra de Jesús.
     En 1997, el obispo Rinaldo Fidel Bredice, lo nombró párroco de la Sagrada Familia, su querida parroquia en la que trabajó durante los últimos trece años de su vida sacerdotal.
     Durante este tiempo, con la colaboración de voluntarios debidamente capacitados y de la hermana Ángela García Mayor instrumentó la ayuda al suicida por medio del “Teléfono de la Esperanza”, labor en la que contó además con el apoyo de profesionales idóneos.
    Con el apoyo de las Hermanas del Hogar San José Obrero y Adoratrices atendió a 550 niños de 2 a 15 años de edad en los comedores, brindándoles el almuerzo.
    El 13 de marzo de 1999 se inauguró la Comunidad Terapéutica del Programa Guadalupe, creación que motorizó con su tenacidad y vocación de servicio. Ubicado en Farinatti y Jones propiedad del Viejo Sindicato de Telegrafistas, inmueble que adquirió con un crédito bancario para la erección de la nueva Parroquia, pero de inmediato lo reorientó a este Programa, destinado exclusivamente a la internación de personas comprometidas con el abuso de sustancias peligrosas.
     Además, fue fundador del Hogar María Magdalena para la contención de mujeres víctimas de la violencia.
     Entre otros emprendimientos, también se ocupó de la atención de las personas ludópatas.
     Recientemente creó Grávida, institución para prestar apoyo a embarazadas en riesgo.
     Desde 2009 integraba el Colegio de Consultores Diocesanos.